Entre la rosa y el lobo
Anoche fui a ver a mi niña al sanatorio mental. Cada vez que voy a verla me repito a mí misma que no regresaré, que debo olvidar y dejar atrás el pasado, pero no puedo evitar romper la seguridad de su carcel y dejar tras mi paso un reguero de sangre y muerte. Esta vez, mi visita hará más honda su herida y me alejará para siempre de su afecto pues le traigo un obsequio para decorar su cuarto: la garra de Lobo.
Mientras la aferraba entre mis dedos recordé lo que había sido Lobo en su vida; por sus venas corría su misma sangre y la misma locura autodestructiva. Ella lo había empujado con sus artimañas y mentiras a enfrentarse y matar a quien con tanto cariño la había cuidado. Entonces, yo misma contemplé la lucha y supe en el instante en que aquella bestia le habría el pecho al cazador de la rosa negra que mi niña jamás volvería a ser la misma. Había llevado su venganza demasiado lejos y ahora ante el brazo que yo le traía y que en el pasado tanto la había mimado debía entender que todo había acabado, que aquella noche ya no volvería a repetirse en su mente nunca más.
Cuando abrí la puerta aún guardaba alguna esperanza de que ella entendiera mi regalo.
Mientras la aferraba entre mis dedos recordé lo que había sido Lobo en su vida; por sus venas corría su misma sangre y la misma locura autodestructiva. Ella lo había empujado con sus artimañas y mentiras a enfrentarse y matar a quien con tanto cariño la había cuidado. Entonces, yo misma contemplé la lucha y supe en el instante en que aquella bestia le habría el pecho al cazador de la rosa negra que mi niña jamás volvería a ser la misma. Había llevado su venganza demasiado lejos y ahora ante el brazo que yo le traía y que en el pasado tanto la había mimado debía entender que todo había acabado, que aquella noche ya no volvería a repetirse en su mente nunca más.
Cuando abrí la puerta aún guardaba alguna esperanza de que ella entendiera mi regalo.
3 Commentaires:
"Cuando abrí la puerta aún guardaba alguna esperanza de que ella entendiera mi regalo."
A veces no entenedemos la naturaleza de los regalos y tendemos a pensar lo peor.
Precioso texto que hunde en el ansia del cazador.
Lawbug
Law me acaba de robar el comentario....
no, no exactamente el comentario pero le llamo la atención precisamente la misma frase que a mi.
Pero todo son siempre problemas de enfoque... he de cambiar mis gafas, o utilizar un microscópio. Y regalar lentes de enfoque en los próximos cumpleaños
Hermoso texto y muy tenebroso. No sé por qué los sanatorios, hospitales, etc me dan ese sentimiento... quizás porque el dolor y la muerte pasean a sus anchas.
Besos
Enregistrer un commentaire
<< Home