El errabundo
Apenas puedo recordar nada del tiempo que llevo fuera... Agotada, medio muerta... casi no regreso de mi ultimo encuentro con Marius... Si no hubiera sido por el hombre que ahora me acompañaba de vuelta a mi cripta, mi cuerpo habría sido abrasado al alba.
Envuelto en un grueso manto viejo, el que yo llamo el errabundo, me había cuidado en su pequeña choza perdida en el bosque, sin decir ni una palabra. Traía cada noche una joven a mi cama. Le hacía un corte en el cuello y dejaba que yo hiciera el resto... El olor de la sangre no tardó en despertar el despojo que arrojara Marius a un cuneta. Y de esta forma, al paso de un extraño encapuchado volvía después de meses en silencio.
Libellés : minirelatos, personajes